domingo, 2 de octubre de 2011

...5...4...3...2...1... Lágrimas por Qurtuba....

     Decía Napoleón que hay ladrones a los que no se castiga cuando nos roban lo más valioso que tenemos en esta vida... el tiempo. El tiempo... y sin embargo, qué difícil es robar tiempo al propio tiempo, es como robar a un ladrón, como engañar a un timador... no, no es fácil. Pero ahora que yo lo hago, os quiero dejar la portada de lo que será, de lo que ya es, mi próxima novela. Su título: Lágrimas por Qurtuba.
      Como quizá alguno haya adivinado por el parecido fonético, Qurtuba es Córdoba, la Córdoba de al-Andalus, aquella que aún hoy vive escondida entre las callejas de la judería, entre los arcos de la mezquita, la que se asoma desde las murallas, la mítica Qurtuba.

      Cuando concluí "El hijo del herrador" mucha gente me pedía una segunda parte, una continuación, siento mucho no poder haberlos complacido, el bueno de Diego quedó feliz con su familia y así seguirá. Esta segunda novela, como digo, no es una continuación de la otra, pero sí que comienza donde aquella concluye. Si recordáis, la otra acaba prácticamente en los campos de batalla de las Navas de Tolosa... aquí es donde arranca Lágrimas por Qurtuba, pero desde el otro lado, desde el lado de los derrotados...

      Quizá recordaréis al capitan Abdul al-Rashid, capitan de la guardia negra del califa, amigo de Diego cuando este viajó a Córdoba, pues bien, esta es su vida, sus vivencias y os aseguro que son apasionantes.
En Lágrimas por Qurtuba encontraréis más acción, más aventuras, más amor, más odio... no os quiero desvelar nada. Os dejo tres cosas: La portada, la sinopsis y el prólogo, vamos allá:




SINOPSIS:
      Es el 16 de Julio de 1212, dos civilizaciones, dos culturas, dos concepciones y modos de ver el mundo, entregan sangre en la legendaria batalla de las Navas de Tolosa. En el postrimero ataque de los cristianos, el capitán de la guardia negra del califa consigue escapar de la carnicería y poner a salvo a su señor al-Nasir. La victoria cristiana cambia el curso de la historia de España. Desde este momento el impero almohade, que hasta entonces dominaba la península se descompone.

Abdul al-Rashid, personaje central de la novela, es un auténtico caballero y héroe andalusí, referente de honor, justicia, fortaleza, valentía y calidad humana, que narra en primera persona y con un lenguaje muy propio de la época sus increíbles aventuras e historias en la más pura tradición de los relatos y cuentos de las mil y una noches pero con toda la violenta crudeza de la que estos carecen. El protagonista tratará de hacer sobrevivir, primero a su señor, luego a sí mismo y más tarde a Qurtuba (Córdoba) su amada ciudad en las situaciones más hostiles y adversas.


Lágrimas por Qurtuba es una trepidante novela en la que la enorme riqueza de la civilización andalusí se muestra con minucioso detalle: La vida cotidiana, los coloristas mercados con sus vendedores y contadores de historias, las subastas de esclavos, las cacerías, las fiestas, los inseguros viajes por tierra y mar, la guerra, la brutalidad de la Edad Media, pero también el amor, la fortuna y los más profundos sentimientos, tienen cabida en esta nueva novela de Ricardo A. Fernández, quien con su peculiar narrativa, atrapa y sumerge al lector, invitándolo a asomarse por una ventana a esta apasionante etapa de nuestra historia



PROLOGO:
Mi primer libro, “el hijo del herrador” cuenta la historia de un humilde herrador de Segovia cuyas apasionantes y extraordinarias vivencias desembocan en el quizá más crucial hecho de armas de la historia de Castilla: El dieciséis de Julio del año de gracia de 1212, tuvo lugar en las proximidades de La Carolina, en la actual provincia de Jaén, la famosa y crucial batalla de las Navas de Tolosa. Fue sin lugar a dudas la mayor batalla de toda la Edad Media española y una de las mayores de todo el medioevo europeo, cruzadas incluidas, y su desenlace marcó para siempre jamás la Reconquista. Ese día y esa batalla, supusieron la descomposición del imperio almohade y desde entonces las armas musulmanas nunca volvieron a llevar la iniciativa en la península ibérica; de hecho muchas veces se ha nombrado a esta batalla como la llave de la Reconquista; en menos de cincuenta años, los reinos cristianos retomaron más villas castillos y territorios que en los quinientos años anteriores. Poderosas ciudades como Sevilla, Córdoba, Jaén, Murcia, Mallorca y Valencia, fueron cayendo una tras otra como fichas de dominó bajo las armas de dos reyes legendarios, Fernando III “el Santo”, rey de Castilla y de León y de Jaime I “el Conquistador”, rey de Aragón.
Como en todas las batallas de la historia, la victoria final fue fruto de la calidad de las armas y de los hombres que intervinieron, su cantidad, su motivación, las estrategias utilizadas y por supuesto… la suerte. Según los estudiosos militares un factor determinante en la victoria cristiana pudo ser el abandono de la batalla por parte de las tropas andalusíes en el momento más crucial del combate. Su retirada, no fue traición, ni en absoluto cobardía, fue un desquite por lo siguiente:
El ejército cruzado encabezado por el líder de los cristianos, Alfonso VIII de Castilla, salió de Toledo para encontrarse con los musulmanes del emir al-munimin, Muhammad al-Nasir, Príncipe de los Creyentes y cuarto califa de la dinastía almohade. Al no poder dejar fortalezas a sus espaldas que le complicaran el avance hostigando su retaguardia, puso asedio al castillo de Cal-Atrabba defendido por un capitán andalusí de nombre Bu-l-hayyay ibn Kadis y sus setenta caballeros. Las máquinas de asedio consiguieron abrir brecha en la muralla, pero los andalusíes se replegaron hacia la ciudadela haciéndose fuertes en la torre del homenaje sin entregar la plaza. Los sitiados enviaron numerosos mensajeros pidiendo socorro al califa mas sus súplicas no fueron atendidas y tras quedarse sin agua y sin víveres, los supervivientes pactaron en honrosas condiciones la entrega de la fortaleza a los cristianos. Los resistentes consiguieron frenar el avance de los cruzados y se presentaron exhaustos en los campamentos del califa. Sus compatriotas andalusíes los recibieron como los héroes que eran; sin embargo al-Nasir, instigado por las mentiras de su visir Abú Sa´id ben Jam’i, les acusó de haber entregado la fortaleza al enemigo, de pactar con él a cambio de sus vidas, de cobardía y de traición y, ante los espantados ojos de todo el ejército califal, ordenó la ejecución de aquellos desdichados y valientes hombres. Aquel atropello no fue olvidado por los emires y capitanes andalusíes cuyas descontentas tropas clamaban justicia y venganza. El momento del desquite llegó el día 15 de Safar del año 609 de la Héjira; el lugar, las Navas de Tolosa en la batalla de Hisn al-Iqab. Cuando más se necesitaba el concurso de las tropas andalusíes, en un punto crucial de la batalla en que el más mínimo detalle podía decantar la victoria, ellos se retiraron del combate.
En ese momento el ejército cristiano comenzó a ganar terreno, a ganar empuje y a tomar ventaja. Los musulmanes comenzaron a ser desbordados y derrotados por todos los flancos y comenzaron a huir en desbandada.
 Podría ser aquí, en medio de tamaño desastre, en medio de aquel derrotado ejército en retirada un buen lugar donde comenzar esta segunda novela. He querido pues comenzar la historia donde terminó la otra, pero de un modo bien diferente, no es por tanto una continuación o segunda parte del primero, sino cómo pudo ser la vida de uno de los personajes, para mí, más entrañables y humanos del primer libro narrada por él mismo, narrada en propia boca  por…


Concluir que espero poder tener pronto en mis manos esos libros calentitos, gorgoriteando de letras dentro deseando salir y ser leídas. Creo que esto será a finales de este mes o principios del siguiente. De todos modos cuando vaya teniendo fechas fijas, lo haré saber.

Un saludo

jueves, 12 de mayo de 2011

CURIOSIDADES MEDIEVALES III EL FUERO DE SEPÚLVEDA (I)

¡¡¡Estoy hasta los güevos de que me roben!!!
 De que nos roben a todos los españoles, de que nuestro país sea una verdadera, completa, desoladora y absoluta vergüenza: Te suben la luz cuando quieren y cuanto quieren y no puedes hacer nada, te suben el gas cuando les sale de los güitos y no puedes hacer nada, lo de la gasolina ya es de ESCÁNDALO, pero tampoco puedes hacer nada, los “jueces” sueltan a violadores, a asesinos ¡¡que han matado a más de 20 personas!! Y no puedes hacer nada, la chusma arrogante e ignorante que nos dirige desde el congreso de los hijos de di puta dos, conoce que hay 5 millones de parados, 5 millones de tragedias, pero ellos no se bajan los sueldazos, ni sus cochazos, ni sus prebendas ni sus chollos… y no puedes hacer nada… Todos tenemos en mente las imágenes de los señores feudales saqueando, violando y robando a su antojo en sus feudos… sin que se pueda hacer nada…
¿Tan poco hemos cambiado en cientos de años?
Tendemos a pensar que la Edad Media era una época sin justicia, sin leyes, brutal y sin normas, en las siguientes líneas os voy a mostrar que no era así, Vamos al lío.

LOS FUEROS: A los que leáis esta palabra desde el norte, Navarra y País Vasco, os sonará bastante, pero sabed que desde hace más de mil años, los fueros regían la vida todos los castellanos y de buena parte de aragoneses y Leoneses. Fueros como el de Jaca, Benavente, León o Logroño, reglamentaban el día a día de villas y aldeas con una completa serie de normas, leyes, reglamentaciones, deberes y derechos que una determinada villa se daba a sí misma y era refrendada por el rey, también este concedía privilegios a la villa que se recogían en su fuero.
Entre los más importantes de estos fueros está el famoso FUERO DE SEPÚLVEDA,  cuyas normas son tan completas, que a medida que la reconquista iba avanzando, se fue implantado en otros territorios.

    Existe un fuero abreviado y un fuero extenso. Decir como curiosidad que dos sentencias del Tribunal Supremo de finales del siglo XIX recogidas en un reciente estudio del historiador y cronista de la villa, Antonio Linage Conde, demuestran que el Fuero Extenso todavía se aplicaba en algunos asuntos legales en provincias como Cuenca o Soria. De entre las más de 255 “leyes” que componen el fuero, os voy a dejar aquí reflejadas algunas de las que me han parecido más curiosas, ya sean por ser increíblemente actuales, sorprendentes, geniales, buenísimas, o por dibujar con delicioso detalle la vida cotidiana hace más de mil años.

-Del forastero que cace o corte madera en el término de Sepúlveda: Si un vecino de aquesta villa encontrare en su término a un forastero cazando con aves, perros, redes o ballesta; o pescando; o cortando madera o llevándose leña, sal, hierro u otro metal; o cogiendo azores, deténgalo sin ninguna responsabilidad y que esté preso hasta que cumpla la pena. (Ley esta para que no vengan de fuera a quitarnos lo nuestro)

-Si un hidalgo u otra persona actuare con violencia en el término de Sepúlveda o cogiere alguna cosa: Si un rico hombre o caballero realizare actos de violencia en el término de Sepúlveda, el que le hiriere o matare a consecuencia de ello no tendrá que pagar nada. (No siempre los “ricos” se podían salir con la suya)


-Que todos los pobladores que se establezcan en Sepúlveda, tengan el mesmo Fuero:  Todos los ricos hombres, los condes, los gobernadores que están por bajo de aquestos, los caballeros e los infanzones, de mi reino u otro, que vayan a establecerse a Sepúlveda, estén sujetos a las mesmas multas que los demás vecinos, tanto en caso de muerte como en los demás. (Lo mismo para todos. Aquello de que todos somos iguales ante la ley no es de ahora, es más, hoy día como se suele decir, todos somos iguales ante la ley, lo que pasa es que unos son más iguales que otros)

-Que ningún vecino tenga responsabilidades por sus actos anteriores al poblamiento de Sepúlveda: Concedo este privilegio a los pobladores de Sepúlveda: Que todos ellos, ya sean cristianos, moros, judíos, libres o siervos, estarán seguros… (Medida esta para atraer gente a una tierra en plena repoblación, como cantan los legionarios: cada uno será lo que quiera, nada importa tu vida anterior)


-Del forastero que matare a un hombre de Sepúlveda: El hombre de otra villa que cometiere homicidio en Sepúlveda, será tirado por las peñas o ahorcado, sin que se pueda acoger a asilo de iglesia, palacio o monasterio, aunque el muerto fuere su enemigo declarado antes o después del poblamiento de Sepúlveda (Medida para proteger a los del pueblo frente a los de fuera)

-De las ferias: Para prosperidad y prestigio de la villa, os concedo dos ferias, una ocho días antes de Quincuagésima y otra, ocho días después. Y el que vaya a estas ferias, ya sea cristiano, moro o judío, irá seguro. Y el que le hiciere daño o le molestare, pagará mil maravedíes al Rey y el doble del perjuicio al demandante. Y si fuere insolvente, que le ahorquen. Al que matare le enterrarán vivo debajo del muerto y al que causare lesiones le cortarán la mano. El que robare alguna cosa pagará mil maravedíes de multa al Rey si fuere insolvente le tirarán por las peñas. Y también tirarán por las peñas al que hurtare. (Lo de tirar a la peña por las peñas ya es bueno, pero lo de enterrarles vivos debajo de los muertos, es “supertruculento” y genial)

-Que nadie de bienes inmuebles a los frailes: Además mando que nadie tenga derecho a vender o donar a los frailes bienes raíces, porque lo mesmo que a ellos, habiendo dejado el mundo, su Orden les prohíbe venderos y donaros heredades a vosotros, os ordeno a vosotros no venderles ni donarles nada a ellos. (buenísimo este también: como ellos no dan “na” que ndie tampoco les dé)

-Del judio que lesionare a un moro: El judío que lesionare a un moro, pagará diez maravedíes, si se lo probare con dos judíos y un moro o contres judíos y si no tuviera esta prueba o testigos de vista, quedará libre por su juramento y se apartará de él. Y si le matare, declarando ser ello cierto los alcaldes y jurados, de común acuerdo y bajo juramento, pagará cien maravedíes y será declarado enemigo de sus parientes para siempre. Y si no tuviera con qué pagar los cien maravedíes, lo despeñarán por ello. (La típica convivencia de la España de las  3 culturas)

-Del que apedreare casas: El que apedreare una casa de noche pagará diez maravedíes, a no ser que se salve con el testimonio de doce, a saber: cinco parientes y él el sexto y seis vecinos y si no tuviere parientes once vecinos y él el duodécimo, de manera que si cumple así no pagará nada. Y si las casas fueren de caballero, o de escudero, o de señora, además de la multa pagará quinientos sueldos. (Curiosa costumbre esa de apedrear casas, ahora queman cajeros, contenedores, incluso lamentable y recientemente coches… gilipollas ha habido en todas las épocas de la humanidad)

-De las heridas: El que hiriere a otro con un hierro, o con un palo, o con una piedra, o con cualquier otra arma que cause hematomas, pagará cinco maravedíes. Y si le hiriere en la cara, en la parte cubierta por el pelo pagará diez maravedíes, y si no tuviere con qué pagar, que le corten la mano. Y si le pudiere probar, aunque él lo negare, que le salieron de la cabeza hasta seis huesos, pagará cinco sueldos por cada uno de ellos, además de la multa (buenísmo eso de concretar el nº de huesos que le salen de la cabeza)

Del que mesare la barba a otro: El que agarrare la barba ajena, o la mesare, pagará cinco maravedíes si lo reconociera, o si habiéndolo negado, le fuere probado con tres hombres buenos presentará en escarmiento su misma barba. Y si no tuviere barba, le cortarán una pulgada en la parte donde las barbas nacen y quedará por enemigo en deshonra para siempre. (Simplemente genial)

Del caballero o el escudero que hiciere mal: Si un caballero o escudero de Sepúlveda cometiere alguna fechoría y no diere fiadores para repararla, el rey le echará de la tierra y sus bienes quedarán a merced del mesmo rey, mas la mujer no perderá nada de su patrimonio por ninguna fechoría de su marido. (Su tu marido es un notas tú no tienes por qué pagar por él, me parece una ley muy justa)

Del moro o judío que encontraren con cristiana: Y cualquier moro o judío que encontraren con cristiana, será tirado por las peñas y ella será quemada. (Uffff… esta es MUY fuerte, no obstante es otro ejemplo de la convivencia en la España de las 3 culturas y la armonía feliz en que vivían)

Algunas obligaciones de los judíos: Los judíos no prestarán a un interés superior al cincuenta por ciento anual y si lo hicieran y se lo pudieren probar, devolverán el doble.
            Y los judíos están obligados a dar la pimienta para la fiesta de Navidad en compensación a la concesión que el concejo les hizo de ser enterrados intramuros de la Villa y si no la dieren se les obligará a ello y además pagarán al concejo cien maravedíes (…¡¡¡al loro prestar al 50%!!! Cuantos banqueros de hoy querrían haber vivido en aquellos tiempos, bueno supongo que todos)

Del ladrón sorprendido con el cuerpo del delito: todo hombre que tuviere fama de ladrón y fuere cogido con la cosa hurtada, será ahorcado por ello. (Y a tomar por culo. Nos faltarían hoy árboles para colgar políticos que ni siquiera dimiten aunque les pillen con “to la tostá” )

Del que matare a un proscrito: Cualquier hombre que matare a un proscrito no pagará nada por él (Se me vienen a la cabeza un par de proscritos, uno que debe andar por Irlanda y otro que acaba de soltar la “justicia” española…)

Del que matare peces en el río: quien matare con hierbas peces en el río, si se lo pudieren probar pagará cinco maravedíes. (Y nosotros hoy creemos que hemos inventado la protección a la naturaleza)

Del que matare a un perro: Todo hombre que matare a un perro de los que quitan carne a los lobos pagará un maravedí. Además el que matare a un podenco, un sabueso, un alano o un galgo pagará cinco maravedís (Esta sería muy buena hoy para todos los listillos que abandonan a los perros u otras mascotas cuando se cansan de ellos)

Del que descolgare a un ahorcado: Quien descolgare a un ahorcado, a no ser que haya mandamiento de las justicias, pagará cinco maravedíes. (… sin comentarios)

Del que hiriere a caballo o rocín: Aquel que lesionare a un caballo, a un rocín, a un mulo o a una mula,  de manera que no puedan prestar servicio a su amo, pagará dos sueldos y tres almudes de cebada por cada día que pase hasta su curación. Y si se tratare de un buey no pagará más de diez y ocho dineros, y si de un asno un sueldo y un almudejo de cebada. (Otra de protección a los animales)

De los hornos de cocer el pan: El hornero deberá calentar el horno y meter el pan y sacarlo cuando estuviere hecho. Y si el hornero o la hornera no se levantaren de buena mañana a calentar el horno, pagarán el doble del perjuicio que por ello se origine. La hornera que cambiare la vez a alguna mujer, pagará cinco sueldos, la mitad para el demandante y la otra mitad para el juez. (Por si alguna se quería colar y la hornera la colaba, para que no se ándase con el bolo colgando)

Que por daños, nadie deje a un pastor en cueros: A pesar de que mando al guarda y al dueño de las mieses que tomen prendas a los que hagan daño, también prohíbo que ni el guardián ni ninguna otra persona dejen a nadie desnudo, porque cualquiera que lo hiciere pagará cinco maravedíes. (Esta también es genial)

Del guarda de las viñas: El viñador que haya de guardar las viñas deberá guardar fidelidad y guardarlas bien, desde el día que entre a hacerlo hasta la vendimia. (Si es que antes había trabajo a punta pala… guardar viñas)

Del que cogiere uvas verdes: El que cogiere uvas sin madurar, pagará un maravedí, lo mismo si es cristiano que judío. (Hala y ya está, la misma justicia para todos)

Del que echare agua a otro: El que echare agua a un hombre o le escupiere por la ventana, pagará diez maravedíes (¡¡Por guarro!!)

Del que hiciere de vientre en puerta ajena: El que hiciere de vientre en puerta ajena pagará dos maravedíes (Lo curioso de esta norma, es que si está legislada ¡¡la gente lo hacía!!…ahora mean en los portales… bueno y en todos los lados los sábados por la noche)

Del que echare cuernos o huesos obre casa ajena: El que echare cuernos o huesos obre casa ajena o los pusiese a las puertas pagará cinco maravedíes. Lo cual se dispone para quienes no se atreven a injuriar a un hombre de palabras sino de esas maneras. (Esta me encanta, para los que no tienen huevos a llamar a un tío cornudo a la cara ¡¡Multa!! Te jodes y pagas los 5 maravedíes, por cobarde.

Bueno, estoy preparando otra recua de estas curiosísimas leyes. Que espero poder poner en el blog pronto… ahora ando “liao” en otros menesteres. Espero que hayáis disfrutado en esta primera entrega con el detalle en que están descritas las leyes, las curiosas costumbres de nuestros antepasados y los ejemplares castigos que daban. Muchos hoy día se lo pensarían si alguna de estas leyes siguiese en vigor.

jueves, 17 de marzo de 2011

El hijo del herrador, literatura de guerrillas

     La Granja, Aranda de Duero, Covarrubias, Ayllón, Maderuelo, Atapuerca, Sos del rey Católico, Sepúlveda, Gumiel de Izán, Azuqueca de Henares, Buitrago de Lozoya, Iscar, Carrión de los Condes, Madrigal de las Altas Torres, Medina del Campo, Miranda de Ebro… estos son algunos de los pueblos en que durante muchos fines de semana del verano y no pocos en otras épocas del año, hemos montado nuestro puestecillo para vender, a quien lo deseara, la novela “El hijo del herrador”

      Cuántas anécdotas, cuántas vivencias, cuántas horas de carretera, de calor inmenso en las secas tardes de verano, de frío, de tedio, de animadas y enriquecedoras charlas… cuánta gente buena, culta, trabajadora y simpática hemos conocido, cuántos amigos hemos hecho en el camino… muchos de ellos leéis a menudo este blog, otros, compañeros de fatigas, vendedores en los mercados medievales, los encontramos de nuevo en alguna feria medieval, en algún pueblo de esta vieja, exhausta y desmoralizada piel de toro.

      En Azuqueca, con el compañero de al lado, nos divertimos y salimos del invernal frío que nos acechaba parafraseando versos del Tenorio. En Atapuerca… ¡Qué calor pasamos en Atapuerca! Y digo pasamos, digo hemos, porque en todos estos mercados, en todos esos madrugones para montar “el chiringuito” (a veces a más de 500 Km. de casa) me ha acompañado quien es mi compañía, mi lado bueno o como canta Mago de Oz, la otra mitad de mí: Lore, mi princesa del Nilo, mis ojos verdes…  En los mercados nos hemos divertido, nos hemos mojado, nos hemos agotado, nos hemos aburrido, nos hemos muerto de risa, nos hemos asombrado… Aquí la tenéis (lo de la camisa de la selección es porque era el día del crucial España-Chile del mundial):


       En Ayllón el bueno de Víctor nos invitó a cordero, así “by the face”, en Arbancón nos invitaron a Caldereta, en Azuqueca disfrutamos de la hospitalidad de Jose y Gema, en Medina y Cigales, de la de Alejandro y Mariluz (gracias chicos) y Elías un mercader de juguetes artesanos que conocí en Alba de Tormes, nos invitó tiempo después a su propia casa en Tafalla a una deliciosa menestra.

     Aunque más calor que en Atapuerca, pasamos en Talavera de la Reina ¡¡¡¡Qué calor!!! ¡¡45ºC!! ¡¡casi na!! Nadie en la calle y nadie en el mercado. En el otro lado, en el frío Marzo de Aranda hicimos una “capota” para el puestecillo y ¡Hala! A chupar agua… con libros debajo, en Sepúlveda el intenso granizo (en Julio…) nos hizo recoger a toda prisa y salir pitando de allí, otras veces como en Buitrago, el viento hojeaba a lo bestia los libros, volaba tenderetes y si no es por la ayuda de los compis que teníamos al lado, Miguel y Pilar, la lluvia de después nos habría hecho polvo. En Iscar, a la compañera de al lado, el airón la voló, literalmente, el tenderete. Le recogimos y le atamos con cinta americana a un palo de la luz J J

     Otra muy buena fue cuando dos señoras mayores se quedaron mirando los libros del puesto, nos preguntaron el precio. –¡Anda es barato! –Dijo una de ellas. –Hombre, barato es –dijo la otra –pero luego, a ver dónde lo pones… Y otra señora mayor, pero diferente, fue en Carrión de los Condes: Belén, qué habrá sido de ella… Se arrimó al puestecillo y hojeó el libro con curiosidad. Con exquisita educación, me dijo que le encantaba leer y le encantaba la historia, a continuación me sometió a un examen de historia de Castilla del cual salí, afortunadamente, airoso. Eso la convenció de que el libro iba en serio, que estaba bien documentado y se lo llevó. Al día siguiente volvió diciendo que estaba enganchada, e incluso ella, allí, delante de nosotros, se lo vendió a gente que conocía. Lo malo de aquel mercado fue que estaba junto al río y al atardecer y por las noches unos mosquitos asesinos que por allí fincaban, nos pusieron tibios, pero tibios.

     En Aranda apareció el gran Ramón, con su simpatía, con su naturalidad, con su arrollador entusiasmo, un Arandino de Nueva York, un español por el mundo y nos abrió los ojos a este lío del Internet. Ramón es un “tío de pueblo” como él dice, que comunica ánimo, que da sin esperar nada a cambio. -Los que han venido antes que yo – me dijo -me han ayudado, de modo que yo si puedo ayudar en algo lo hago de mil amores.
    No nos conocíamos de nada, era una persona más de las muchas que se acercan a nuestro puestecillo, ahora puedo decir con satisfacción que es mi amigo. Sin él nunca habría comenzado este blog, él me dio la idea, pero sobre todo nos transmitió una… energía… difícil de explicar, como la que me envía el amigo Jesús con sus palabras, con su música desde Sestao. Amigos que hemos hecho gracias a un libro.

     Todo lo anterior y otras cosas más, en fin, son el otro lado de un mercado medieval, el que vosotros que paseáis entre sus puestos no veis. Para nosotros, para mí, cada feria medieval es una particular batalla más, por dar a conocer mi libro en el duro mundo de la literatura, dominado como otros campos de la vida, por los poderosos, una pequeña del humilde caballero contra el poderoso dragón. En cada mercado llevamos a cabo nuestra particular literatura de guerrillas en la que la victoria llega… y llega, en forma de un mail de agradecimiento de parte de algún lector que ha disfrutado de la obra, en forma de una sonrisa, de un apretón de manos cuando al año siguiente, volvemos a un mismo pueblo y se acerca la gente a nuestro quiosquillo a darnos las gracias por haberles hecho disfrutar, a preguntar si hay otra segunda obra… Para todos ellos, para todos vosotros los que nos transmitís tanta felicidad, tanta fuerza, tanto ánimo ¡¡¡muchas gracias!!! Y tened paciencia, el segundo libro está al caer, las guerrillas, los guerrilleros nunca han ganado una guerra (bueno, quizás Vietnam) pero si por algo se  caracterizan es por no rendirse…Nunca.


jueves, 3 de marzo de 2011

Curiosidades de Segovia II

Tras unos días de vacío, volvemos al ataque con un par de cosas curiosas que seguro llamarán vuestra atención. Vamos con la primera de ellas:

La singularidad de los tejados segovianos
Nosotros, estamos acostumbrados a ver nuestros tejados, pero una de las cosas que llama la atención de los visitantes a cualquier pueblo de nuestra provincia, y obviamente a la gran capital, es que “a los tejados les faltan la mitad de las tejas” y no se pueden creer que no tengamos goteras… en los tejados. La realidad, no es que a nuestros tejados les falten, si no, simplemente que al resto de tejados del mundo mundial les sobran J J J.
Si por si acaso no habéis reparado en esto o nunca os lo habéis preguntado, comenzaré por el principio. En primer lugar estamos hablando de tejados de teja árabe. La de siempre la que tenemos todos en mente cuando pensamos en una teja. Nada de pizarra, ni tejas planas, ni las modernas de anclaje. Todos los tejados del mundo (salvo los nuestros) se han construido como veis en el esquema de abajo, con tejas dispuestas en canal para que corra el agua por ellas y otras que se llaman tapa o cobija que cubren a las canales impidiendo que entren en ella el agua, o las aves (que hacen sus nidos y a la larga son también fuente de goteras).
Aquí os dejo también una foto de un tejado para que lo veáis.
Vamos ahora con el tejado segoviano: Entre nuestros antepasados había, como en todos los sitios, gente que pensaba y mucho, que de su necesidad hacían virtud y a alguien se le ocurriría hacer un tejado con la mitad del consumo de tejas. ¿Cómo? Pues en vez de poner juntas las canales, dando la vuelta a la teja cobija y que esta se junte con la canal e impida el paso del agua. Aquí va un dibujo, malísimo por cierto… lo siento lo mío no es el dibujo.
Como veis se pone una teja, “de la parte ancha a la parte estrecha” y la siguiente al revés.  Así, las tejas cierran casi a la perfección. Os digo que casi a la perfección porque cuando estás haciendo un tejado, no todas las tejas son exacta y completamente iguales, no todas vienen bien para hacer la hilada, si hay alguna que no te “casa” bien, la dejas y coges otra, ya te casará después. Cada hilada es de tejas más o menos iguales, de otro modo dejan lo que llamamos cejas o aguavientos, lugares por donde se puede meter el agua o los pájaros. En los tejados bien hechos solo se meten las avispas, muy molestas por cierto cuando hay que subir cada x años a limpiarlos de musgo, verdín y hacer el normal mantenimiento. Aquí os dejo una foto de un tejado segoviano.

Veréis que de vez en cuando sí aparece una hilada de teja doble o cobija. Como os indicaba antes las tejas no son absolutamente iguales y a veces te vas abriendo o cerrando con las hiladas y para ir siempre perpendicular y que el tejado esté bien hecho, hay que meter de vez en cuando una doble.
Las tejas antes se ponían con barro y preferiblemente con barro arcilloso que al endurecerse, se hace impermeable eliminando así por completo la posibilidad de goteras. Ahora se ponen con cemento y onduline y tampoco hay goteras
Pero la peculiaridad de los tejados segovianos no solo es el ahorro de material, si no también, que su forma hace que cuando nieva en invierno las tejas cortan la nieve, favoreciendo que esta se quite antes y elimine el peso que ella supone.
Ahora os voy a explicar porqué las tejas no son todas exactamente iguales. Tejero no solo es un tío con bigote que en su inconsciencia la pudo armar gordísima, ese apellido viene obviamente del gremio que se ganaba la vida haciendo tejas. ¿Por qué las tejas árabes tienen esa forma y no otra? Supongo que estaréis sentados leyendo esto, bien, retiraos un poco de la mesa y miraos el muslo de la pierna, desde la rodilla a la cadera… ¿qué veis? El molde perfecto para una teja ¿verdad? Pues sí. Así se hacían en la edad media las primeras tejas. Los primeros tejeros, que los habría de todo tamaño, las hacían usando sus propios muslos como molde. Luego hicieron moldes de madera y al ser barro, deformarse un poco y después cocer las tejas son casi, casi iguales pero no idénticas.


Segovia vs París
Hoy podemos contemplar la belleza de Segovia gracias a la nobleza y valentía de la ciudad de Medina del Campo y como de bien nacidos es ser agradecidos yo quiero recordar este heroico hecho de nuestros vecinos medineneses, que salvaron nuestra ciudad de la destrucción.
Es conocido que buena parte de Castilla se sublevó contra Carlos I. Segovia fue de las primeras villas en hacerlo. Los imperiales comenzaron el asedio a Segovia y en ayuda de la ciudad rebelde llegó ayuda de otras villas castellanas como Toledo y Madrid. Reforzada la ciudad, los imperiales necesitaban más medios para apoderarse de Segovia por lo que fueron a Medina para coger allí las piezas de artillería con las que doblegar Segovia. Los de Medina conocedores que esas piezas eran para bombardear Segovia se negaron y entonces Antonio de Fonseca, al mando de los imperiales, mandó prender fuego a Medina, por aquellos entonces una de las más poderosas y pujantes ciudades de Castilla.

Os dejo las hermosas palabras que dejaron escritas los segovianos cuando se enteraron de la quema de Medina:

Carta del concejo de Segovia 1520:
Ayer jueves, que se contaron 23 del presente mes de agosto, supimos lo que no quisiéramos saber y hemos oído lo que no quisiéramos oír. Conviene a saber que Antonio de Fonseca, ha quemado toda esa muy leal villa de Medina. También sabemos que no fue otra la ocasión de su quema, si no porque no quiso dar la artillería para destruir a Segovia.
Dios Nuestro Señor nos sea testigo, que si quemaron de esa villa las casas, a nosotros abrasaron las entrañas, y que quisiéremos más perder las vidas que no se pedieran tantas haciendas, pero tened señores por cierto, que pues Medina se perdió por Segovia, o de Segovia no quedará memoria, o Segovia vengará la injuria de Medina
Hemos sido informados que peleasteis contra Fonseca, no como mercaderes, sino como capitanes y desde aquí decimos, y a la ley de cristianos juramos, y por esta escritura prometemos, que todos nosotros por cada uno de vosotros, ponemos las haciendas e aventuraremos las vidas y lo que menos es de todos los vecinos de Medina libremente se aprovechen de los pinares de Segovia, cortando para hacer sus casas de madera y si fuese necesario, nosotros enviaremos más gente al campo, y socorreremos con más dineros, porque gran poquedad sería de Segovia, y no pequeña afrenta a Medina, que no se llegase a cabo esta, tan justa guerra.

La quema de Medina supuso la sublevación total del resto de Castilla contra el emperador Carlos I. El desenlace conocido, derrota de Castilla, pero honor eterno para los comuneros.

Como la historia se repite, otra ciudad muchos años después pudo ser completamente arrasada y no lo fue. Gracias a ello hoy la podemos contemplar en todo su esplendor: París.
A finales de la segunda guerra mundial, con el ejército nazi ya afortunadamente derrotado, el loco de Hitler ordenó el arrasar la ciudad y dejarla reducida a escombros. Dietrich von Choltitz, general alemán al mando en la capital francesa y enamorado de ella, le echó un par y se negó (para fortuna de las siguientes generaciones) a cumplir las órdenes de su “jefe”
A finales del siglo XX, o sea hace unos poquejos años (yo curraba entonces en Francia) se suscitó un gran debate en París al proponer un grupo de personas levantar una estatua al hombre que había salvado París. Decidieron, que salvador o no de la ciudad era al mismo tiempo su ocupante, una humillación que los franceses no olvidan. Finalmente ni siquiera una placa recuerda aquel hecho.

Bueno de momento estas cositas. En unos pocos días subiré más cosas curiosas que estoy preparando.
Saluditos.

sábado, 29 de enero de 2011

Curiosidades de Segovia I

Soy segoviano. Podría haber nacido en otro lugar, pero no, lo hice aquí. Dijo el gran Miguel de Unamuno, que era de Bilbao, que él era dos veces español, una por vasco y otra por español, pues bien, sin querer ni poder llegar a la altura de los talones al bueno de don Miguel, diré yo que yo lo soy tres, una por segoviano, otra por castellano y otra por español… y aun añadiría que otra más por ser de La Granja, pero bueno eso ya es rizar el rizo.
Me he servido de esta hipérbole de chulería, para introduciros en la primera de las curiosidades de hoy:
Una gloriosa y desconocida gesta de nuestros antepasados. La conquista de Madrid por la milicia de Segovia, en cuanto lo leáis comprenderéis todo. Vamos al tajo.
En uno de los miles de estereotipos que surcan nuestra vieja piel de toro, se dice que los madrileños son unos chulos… Nosotros aquí en Segovia, que somos más chulos que un cortapichas, decimos con sencillez, que Madrid es el pueblo más grande de la provincia, ¿Quién es más chulo entonces? Perdámonos en las nieblas del tiempo… Alfonso VI, “el bravo” rey a la sazón de Castilla, de León y de Galicia, ordenó a sus fieles batir una pequeña pero aguerrida ciudad musulmana, Madinat Mayrit. Ante sus sólidas murallas formaban ya todas las huestes del rey, todas las órdenes militares y todas las milicias concejiles de los sus reinos, estaban los víveres, las tiendas, los carros, los cientos de hogueras, todo parecía marchar según Alfonso VI (por cierto el rey del Cid) había dispuesto… sin embargo él no parecía satisfecho y una fuerte voz se elevó por cima de todos los campamentos y hasta los moros de dentro la escucharon  ¡¡¿Pero dónde coj…. s están los de Segoviaaaaa?!!
Entre los “¡espera que m’ avío!” y “¡calla coño que ya voy!” los nuestros, llegaban tarde. Comandados por los capitanes Fernán García de la Torre y Día Sanz de Quesada, los segovianos llegaron al fin, reventáos, “ajigolaos” (como decimos aquí), pero llegaron. Se presentaron sus capitanes ante el rey, y debieron preguntar que “do se aposentaban” Alfonso VI visiblemente contrariado por su tardanza les mostró los campamentos en derredor todos llenitos de gentes de guerra, hasta más allá del Manzanares, y les debió de decir algo parecido a esto:
-¡Ahora les van a dar por c..o a guesas mercedes! Y si quieren aposento, tómenlo en Madrid.
Los dos capitanes se dieron media vuelta e informaron a los nuestros. Allí nadie se lo pensó dos veces. A los gritos de ¡¡¡Cómo que en Madrí!!! ¡¡Redios!! ¡¡Me cagüencinmilputas!! Y ¡¡¡Cacho güebrón pa na!!! Asaltaron llenos de ira los muros moros y al amanecer… la ciudad era nuestra.
Con un par enviaron emisarios al rey, diciendo que ya habían tomado el aposento que su majestad les había ofrecido y que si quería, que viniera, pues había sitio sobrado para él.
Esta es la historia obviamente caricaturizada, de la conquista de Madrid por aquellos bravos y esforzados segovianos en cuya memoria traigo aquí este pasaje de la historia.
…Quizá de aquello les venga la chulería nuestros vecinos de Madrid… es broma. Lo que parece ser que sí es real y que les viene de aquella gesta es el apelativo de “gatos” que se les da a los madrileños, pues de tal modo treparon los muros los conquistadores que diríase que lo hacían como gatos.

El nombre de Segovia.
No me atrevería a decir que es la única, pero Segovia es de las poquitas, capitales de provincia que ha tenido el mismo nombre siempre, a lo largo de miles de años. Aquí tenéis la prueba.

Pero lo mejor es que lo veáis en persona. El original de esta moneda está en el museo arqueológico de Madrid cuya vista recomiendo vivamente

“Las catedrales de Segovia”
En las páginas 14 y 15 de mi libro hay un rudimentario plano de cómo pudo ser la Segovia medieval. Si os fijáis bien, en la página 14 frente al alcázar, hay una tosca catedral románica… Esto de “los dos poderes” juntos, el civil o militar y el eclesiástico, no es algo único de Segovia, se daba con mucha frecuencia en la edad media en buena parte de los burgos cristianos y de las medinas árabes. Hoy, cuando se entra por el patio para visitar el alcázar y se contempla la enorme mole de la torre de Juan II enfrente, es difícil imaginar que el lugar que hoy ocupan los jardines y la estatua de Daoiz y Velarde (con sus preciosos faroles de dragones) estuvo ocupado por una catedral y sin embargo así fue. De hecho, es probable que esa enorme torre fuese construida para compensar y sobrepasar los muros y campanarios de la catedral para en caso de asedio y de que la catedral fuese tomada por el enemigo, seguir contando el alcázar con una ventaja en un posible combate… no se equivocaron.
En la guerra de las Comunidades, que se libró en Castilla contra el emperador Carlos I, los imperiales se atrincheraron en la catedral y los comuneros en el alcázar. Ambos edificios resultaron muy dañados, era 1521 y los cañones y mosquetes eran ya algo habitual en los ejércitos. Tras la derrota de los comuneros, la corona decidió demoler lo que quedaba de la catedral en vez de reconstruirla y alejarla del alcázar… por si acaso.
La nueva catedral se plantó en un lugar donde la iglesia tenía muchos terrenos, la antigua judería. Apenas 30 años antes se había empobrecido la nación con la expulsión de los judíos cuyas casas habían ido a parar en gran parte a la iglesia. Por fortuna la nueva catedral era más pequeña que la gran aljama segoviana y aún hoy podemos pasear por sus callejas, disfrutar, deleitarnos y soñar con cómo pudo ser este barrio judío.
Durante 15 días y 15 noches, nuestros antepasados tiraron de azada para cavar los cimientos de la catedral y luego continuaron entusiastas, como en plena edad media, ayudando con su esfuerzo a la construcción de la que se dice última construida en estilo gótico, en pleno renacimiento.
Un “obrón” técnicamente impresionante para la época, fue el transporte piedra a piedra del claustro completo desde la catedral vieja.
Mencionar aquí también dos curiosidades: una, que la catedral contó con su propio mirador que daba a la plaza para el seguimiento de espectáculos como corridas de toros y autos de fe, y otro, que hasta 1614 su torre era la más alta de las Españas, superando los 100 metros. Fue parcialmente derruida por un rayo. Hoy tiene 88 y la superan las de Sevilla Murcia y Toledo.

Primer “cómic” en que aparece el acueducto
            En sus cantigas a Santa María, Alfonso X “el sabio” narra el milagro que aconteció a la judía Esther (como la que aparece en mi novela)  en merced al cual, una judía que “simpatizaba” por el cristianismo, fue castigada por los hebreos y como no podían probarlo, la acusaron de engañar a su esposo. Su castigo, ser despeñada. Este castigo es muy normal en la edad media en los sitios que como Segovia, cuentan con precipicios. Incluso este castigo está muy bien regulado y descrito en el famoso Fuero de Sepúlveda. Prometo hacer una entrada otro día de las cosas curiosas de este Fuero, ahora sigo con lo otro.
La judía Esther fue despeñada en el paraje rocoso que llamamos La Fuencisla, ella se encomendó a Santa María y mientras caía, una paloma frenó su caída y la ayudó  a posarse tranquilamente en el suelo. A partir de ese día abrazó el cristianismo pasando a llamarse María del Salto.
Aquí os dejo una ilustración que viene en las cantigas de Santa María en la que se ven a los judíos scando de la ciudad a la pobre Esther y al fondo se ve el acueducto:

Y esta otra que también relata una historia muy parecida de un niño que jugando se cae y  la virgen le salva. Como podéis contemplar, sobran las palabras.

 Bueno pues dentro de poco caerán (como el niño este de arriba) más entradas, otra de cosas curiosas de Segovia, la prometida sobre el Fuero de Sepúlveda, desde luego otra que me ha pedido Donceldedrada y que en su día será revelada... y otras más que iré preparando, hasta entonces... sed buen@s

jueves, 20 de enero de 2011

Curiosidades medievales II

…Hay que ver lo curiosos que somos ¿eh?, como dijo Trillo, manda huevos. Bueno a ver dónde estábamos. Sí Los apellidos, lo habíamos dejado en los apellidos. Pues una cortita, esta imagino que la sabe todo el mundo, pero sirva para saber no solo cómo se apellidaban nuestros antepasados, sino para seguir la pista a cómo se llamaban. Sabréis que el “–ez” o “–iz” que llevan los apellidos en castellano quiere decir “hijo de”. Hay quien dice que esa partícula viene del vasco, otros que del latín, e incluso hay quien sostiene que viene del godo. Yo como no lo sé, ni quito ni pongo rey, solo lo expongo. Así Ruiz, es el hijo de Ruy, Rodríguez es el hijo de Rodrigo, Pérez es el hijo de Pero (que no Pedro), López el hijo de Lope, Núñez de Nuño, Álvarez de Alvar, Laínez de Laín, Méndez de Mendo.
En otros idiomas pasa lo mismo, en portugués, muchos apellidos acaban igual pero con  “-es”, como Juan Valdés, el del café. En escocés lo hacen con el “Mac” como la famosa cadena de “comida” basura MacDonals. Los irlandeses lo hacen con “ O’ ”, como Scarlett O’Hara En inglés es más evidente, pues en ese idioma, “son” si que quiere decir hijo. Así Jackson sería el hijo de Jack, excepto si es Jack el destripador que ese es un hijo de… la Gran Bretaña.
Por si no lo sabíais os diré que cuando nos referimos al nombre de pila de alguien, nos referimos al nombre que el cura y sus padres le dieron en la pila bautismal.

Y como andamos hablando de palabras que tienen origen en el pasado, vamos con algunos orígenes de algunas palabras que os resultarán harto curiosos. Como también sabéis muchas palabras de nuestro idioma vienen del árabe, cosa bastante normal pues si echáis cuentas desde 711 hasta 1492 estuvieron aquí 781 años. Por comparar un poco os diré que la presencia española en América comenzó en el mismo 1492 y terminó con la dolorosa pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam de un solo golpe en el infausto 1898, 406 años… pero esto es otra historia. A lo que iba: Baraja por ejemplo, viene del árabe baraka que quiere decir fortuna. ¿Qué otra cosa te entregan cuando te pasan cuatro cartas en el mus, cinquillo o julepe (que por cierto también viene del árabe y significa jarabe y desorden)?
Ya que estamos en fortuna y juegos, otra: Azar. Viene del árabe al-Zahr que significa, como supondréis, flor. ¿Y qué demonios tiene que ver una flor con todo esto? Pues por que ellos, los árabes con los dados que jugaban, en la cara del dado que solo lleva un punto, pintaban una flor. De ahí viene.
Otra más terrible: macabro, macabra, viene del árabe makbara que significa…. ¡TACHAÁN!.... significa cementerio. Tiene su cosa ¿verdad?
Jinete: viene del árabe zanatí . Los zanatíes pertenecían a una tribu beréber que vivía en el Atlas, que se llamaba  Zanata y que eran famosos por criar los mejores caballos y ser unos auténticos maestros de la equitación
Marrano: Del árabe muharran, que viene a ser algo así como maldito, excomulgado, anatema. Tras las conversiones forzosas de la inquisición a los judíos conversos se les llamaba marranos.
¡¡Y ahora que digo inquisición!! A la mayoría del mundo mundial, la inquisición le traerá a la mente espantosas imágenes de malvados españoles torturando inocentes, es más me atrevo a decir que en el 90% de los casos a la inquisición le ponemos el apellido de “española” ¿Me equivoco? Pues bien como todo el mundo sabe, o debería de saber, la inquisición nació en… se hacen apuestas… ¿Castilla? ¿Aragón? ¿León? ¿Navarra?... la realidad es que la inquisición con su barbarie, con su INTOLERANCIA nació en… Francia.
Sí, en Francia y no en España. A nuestro país llegó más de dos siglos después de que decenas de miles de “herejes” del país vecino, albigenses mayormente fueran masacrados por los cruzados. Sí cruzados. Las cruzadas no solo se libraron en Tierra Santa.

Esto de reos me lleva a explicaros el curioso origen de la frase “estar a la cuarta pregunta” Cuando en la “España de las 3 culturas” (otro día hablaremos de esta mentira, verdad en parte) y de los cinco reinos la justicia atrapaba a alguien, le hacían sistemáticamente cuatro preguntas, la primera, obviamente nombre y edad. La segunda, patria y profesión, la tercera, religión y estado. La cuarta: rentas. Al igual que pasa ahora, pocos ricos iban a la cárcel de modo que todos los que daban con sus huesos en aquellas pútridas cárceles, podían responder a todo menos a la cuarta pregunta. De ahí salió el dicho popular.
Otro dicho popular muy gracioso que me explicó un día su origen mi abuelo: “¿Qué tienen que ver los cojones con comer trigo?”  ¿Os suena? Al parecer había un caballero que volvía a su casa tras una batalla. Cabalgaba en un poderoso semental y como hacía tanto calor decidió descansar un poco. Se tumbó bajo un árbol y dejó suelto a su caballo para que comiese. Este se metió en un trigal y se puso a comer. Llegó entonces el dueño del trigal y le dijo al caballero que se llevase a su caballo, que le estaba destrozando todo el trigal. El caballero le llamó y el caballo ni caso, le volvió a llamar y el animal a lo suyo. Entre tanto el dueño del trigal estaba ya frenético y el caballero le pidió disculpas por el comportamiento de su montura. –Perdónele usted, es que está entero (sin castrar) y no obedece. A lo cual el enfurecido campesino respondió con la susodicha frase: ¡¡¡Y qué tienen que ver los cojones para comer trigo!!

La última por hoy: Todos hemos brindado alguna vez, pero ¿de donde viene esa costumbre? Parece ser que es una muestra de confianza de los anfitriones a sus huéspedes, me explico. Estaba “mal visto” llegar y matar a un rival para apoderarte de sus tierras, de sus ganados, de sus bienes y sus negocios, de modo que se le invitaba a un cenorrio, se le suministraba un poquito de veneno y el otro se iba a su casa tan contento donde palmaba. Limpio. Sin sangre de por medio. Así, para “limar asperezas” cuando el conde de tal invitaba al marqués de cual, vertía en la copa del otro vino de su propia copa, para demostrar que no estaba envenenada y lo hacía, lógicamente por su salud. De ahí la cosa quedó en simplemente un tocar las cosas y un “salud”
Venga y ya enlazo esta con otra que me viene a huevo: De un modo parecido, cuando dos caballeros se encontraban en un camino, en una ciudad, en un torneo, se levantaban los yelmos como señal de cortesía hacia el otro. Esto ha quedado en el saludo que aún hoy, se hacen los militares.

Y hasta aquí hoy, que me lío, me lío y hay que dejar un poquejo para otro día.
Sed buen@s


miércoles, 12 de enero de 2011

Curiosidades medievales I

              …Uno, dos. Uno, dos… probando, probando… ¿Estáis ahí? Bueno, por si caso y como yo sí que estoy, aquí vengo de nuevo con otra “historia” y nunca mejor dicho. Me apetece contaros algunas curiosidades, de esas que luego soltamos de vez en cuando y quien la escucha te mira y dice: …joder…lo que sabe este tío…
No es, en ningún caso, para hacerse el listillo, son solo cosas curiosas, que mola saber, de modo que vamos allá.

            Supongo que no tenéis una escalera de caracol a mano… en ese caso la próxima vez que vayáis por una en algún castillo, iglesia, torreón o similar, comprobad que SIEMPRE, tendréis la pared a la derecha al subir y el eje alrededor del que gira a la izquierda. De igual modo, al bajar la pared queda a la izquierda… ¿por qué? Nuestros ancestros serían cualquier cosa, pero no torpes. Una escalera de caracol es uno de los últimos reductos defensivos, si había que verse combatiendo en el… malo, malo. De modo que dieron la última ventaja al defensor y la última traba al atacante. Si atacas y subes con tus armas en la derecha, la pared no va a dejarte maniobrar bien, no tienes radio de acción para golpear, la pared te lo impide. Sin embargo, si eres el desesperado defensor que se aferra unos instantes más a la vida, tienes toda la movilidad para golpear con tu espada hacia abajo. Simple y efectivo ¿verdad?

            Y ya que en ataques andamos ¿En qué peli que asedian un castillo no echan aceite hirviendo a los sufridos atacantes? Supongo que vosotros vais al mercado y compráis aceite, de oliva claro. Está caro ¿verdad? Y eso que se obtiene con métodos modernos que tratan masivamente cantidades impensables para un hombre medieval. Ahora volved al medievo, el aceite no es un producto de lujo ¡¡¡es de lujísimo!!!  Primero hay que obtenerlo, luego transportarlo en escasas cantidades desde el sur (no se produce en otro sitio) y venderlo a precio de oro… sacad vuestras propias conclusiones. Sin duda les echarían (a parte de todas las inmundicias de la villa) agua hirviendo, más abundante y barata.

            Vamos ahora con otra coseja. Qué guapas están las novias con su traje y su ramo de flores. Ahora las bodas son en cualquier época del año… antes la mejor época sin duda era primavera y verano. Mayormente por cuestión de higiene. Pongamos que eres un castellano de la edad media que se va a casar con una castellana, bien guapa y hermosa ella. ¿Cuál fue el último baño que tomaron? En primer lugar la iglesia (y por ende la sociedad) veía en el baño algo pecaminoso, paradójicamente sucio, eso de tocarse uno todo el cuerpo desnudo… En segundo lugar, a ver quien tiene… lo que hay que tener para bañarse en un Segovia, en un Burgos, en un Ávila y luego irse a casa tan tranquilo sin coger una pulmonía que flipas… y me diréis ¡pues en la tele sale gente bañándose en San Sebastián, Gijón o Santander en pleno invierno! Y yo os respondo… ¿son muchos? Son casos muy, muy contados, de gente sana y muy bien alimentada. No era lo común en la edad media. Y bañarse en casa… lo más parecido que había a la calefacción era un cacho chimenea de cuidado, solo a su lado hacía calor y lo de las pelis de grandes cubas con aguas humeantes… quizá en la casa de algún rico riquísimo.
Pero sigo, no había colonias, ni servicios, ni papel higiénico. Es más, el papel que los moros hacían en Játiva era un lujo asiático… para escribir en él. Si vieran ahora el uso que damos a un tipo de papel… en fin. Tampoco había gayumbos, ni braguitas, y menos aún tirachinas…digo… tangas.
Tampoco nada parecido a cambiarse de ropa cada día. Era gente que trabajaba mucho en trabajos muy físicos y sudaban mucho.

            Os será fácil adivinar cómo podían oler y ahora os pregunto ¿Os molaría una noche de bodas, la primera noche de amor de vuestras vidas, con un mozo o moza con tales efluvios?
            Adivino vuestra respuesta. Por ello la gente escogía el buen tiempo para casarse, para bañarse bien y quitarse de encima toda la mugre, todas las cascarrias y las costras detrás de las orejas y si la novia iba con un ramo de flores que encima olían divino… eso era una explosión para los sentidos.
De ahí viene la costumbre de que las novias lleven un ramo de flores, que es lo que os contaba al principio, que me enrollo como una persiana.
            Deciros que más abajo, más al sur, en el lado de Mahoma, esto no era así. Los musulmanes disfrutaban de una cultura del agua y la limpieza que los cristianos desconocían. Si alguna vez pasáis por Córdoba os invito fervientemente a que vayáis a los baños árabes el hammam a daros un bañito y relajaros.
           
            Os cuento un par de cosas más de los apellidos. El apellido Rey o Reina, no es por algún hijo suelto de una noche loca de amor de alguno de nuestros antiguos monarcas, que haberlas hubo, parece que proviene de una antigua costumbre de los peregrinos que iban a Santiago. Debido a los peligros del camino solían ir en grupo y cuando llegaban al monte del Gozo, desde el cual se vislumbra Santiago por primera vez, salían corriendo cuesta arriba y el primero que lo veía era el rey o la reina y así eran llamados por el resto del grupo, de modo que algunos al llegar a la ciudad santa decían yo soy fulano Rey, o menganita Reina (fulana queda un  poco feo) y con ese nombre se quedaban.
            El apellido Blanco, como el de nuestro insigne y mal llamado “iletrado” ministro (pues el bachiller sí debe tenerlo). Parece ser que tiene su origen en el de los niños que eran abandonados en monasterios y otras casas de caridad y que al no tener nombre ni apellido, cuando salían de allí eran apellidados Blanco.

            Bueno pues voy a ver si ceno un poquito. Una ventaja más que tenemos sobre nuestros sufridos antepasados medievales…

martes, 4 de enero de 2011

La verdad que la ficción esconde

…Anno de Nuestro Sennor de mil y doçientos y onze…
¡¡Feliz año!! Ya queda uno menos para el 800 aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa… Dicho esto:

¿A quien no le gustaría vivir una gran aventura junto a sus amigos y junto a la gente que quiere? ¿Quién no ha soñado desde pequeño con lances sin fin, en los que los “protas” son uno mismo y sus amigos y de los que por supuesto, siempre se sale airoso? A ver ¿Alguien por ahí que no lo haya soñado?... que levante la mano el que no.
Bien… el escribir da esas pequeñas ventajas, nada que ver con poner tu nombre al hipersupermegahéroe del videojuego de turno, no, no nada de eso. Cuando escribes, la historia la decides tú… al menos al principio, pues luego es curioso cómo los personajes van teniendo, cómo lo diría, su propia vida. Es curioso que lo que tú planeas va tomando un camino inesperado, el cual uno como conductor de la historia, debe seguir… En fin a lo que iba:
¿Quién hay detrás de los nombres de mi novela? Muchos de los nombres son reales, de gente que en realidad existió, Don Rodrigo Ximénez de Rada, todos los reyes que salen, la reina Leonor y sus hijos… pero hay otros personajes a los que hay que poner nombre y yo, a muchos de ellos les he puesto el de mis familiares y amigos. Es una simple cuestión de gratitud y agradecimiento, de honor si queréis. Se suele decir que uno elige a sus amigos… yo pienso que es más bien al revés, de modo que aquí vienen alguno de los nombres de “el hijo del herrador”, nombres de verdad, para personajes de ficción.
-Diego: Me encanta este nombre, lo he oído toda mi vida, a veces lo he gritado, a veces susurrado… de hecho, uno de mis hermanos se llama Diego.
-Julián, padre de Diego: como Juli, el gran Juli, el hermano mayor que nunca he tenido.
-Fernando, hermano de Diego: Como uno de mis abuelos, como mi tío y como mi primo. Con tanto Fernando en la familia, un Fernando tenía que haber en la novela fijo.  
-Oskar, el vidriero alemán: Mi otro hermano, gemelo de Diego, se llama así… pero con “c”
-Esther, médica hebrea: Esther, mi amiga Esther, gracias a ella comencé a escribir el libro y de algún modo que está escrito en las estrellas, gracias a ella conocí a quien hoy comparte, ilumina y da sentido a mi vida.
-Garcés Álvarez de Gustín, el caballero templario que salva la vida a Diego: Este caballero, lleva los apellidos de mi amigo Dioni, quien como él es un caballero y con quien he compartido derrotas y victorias… ahora al fin, solo las victorias campean en nuestras banderas.
-Don Alfredo, caballero que salva a Diego en las Navas de Tolosa: Al igual que la espada de don Alfredo, que está justo ahí en el momento exacto, mi amigo Fredy, ha estado, está y no dudo que estará.
-García Aguado, alférez de la villa de Segovia: García y Aguado son los apellidos de mi amigo Joaquín, alias “Muñe”. El ficticio es igual que el de carne (recuperada tras volver de Inglaterra) y hueso, templado, inteligente, capaz de dar la solución que a nadie se le ocurre.
Doña Constanza, aya de la reina Leonor: Mi abuelita, se llamaba y desde luego se sigue llamando Constanza. Cada día me mira desde el cielo, cuida de mí y allana mi camino.

Por fortuna, tengo otros amigos, cuyos nombres “no me cuadraban bien” en una novela medieval, pero que ahí están con sus personalidades. Me han ayudado sin saberlo, pues en ellos me he inspirado para crear la de otros personajes, creo que se lo debo: Eledi, Alejandro, José Manuel, Zana… Parte de lo que soy lo han forjado ellos, y también gracias a ellos, el hijo del herrador existe…

Sed buenos, seguro que os traerán muchas cosas los Reyes… Magos